Thursday, January 17, 2013

Hay que Vivir Feliz



Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido...; desengáñate,
¡así... no te querrán!
—Gustavo Adolfo Bécquer



En esta poema, Béquer está mostrando un amor que nunca más volverá a como era antes.  En estas lineas, Béquer habla de como la mujer que él amaba quizás piensa en encontrar otro hombre.  Algún día, piensa ella, qué pueda llegar a conocer otra forma de amor por medio de las “palabras ardientes“. Pero él dice que nunca más va a encontrar a un hombre que la ama como  él la amó.    Quizás encontrará lo que ella piensa que sea su sueño y los deseos más profundos de su corazón llegará a sentir, pero ella nunca va a poder hacerse creer que el amor es igual o mejor que el amor que él la dio.

Al pensar en lo que significa este poema, pensé en como hira un poco con el tema de carpe diem.  Este de que hay que saltar a las oportunidades cuando nos presentan.  Él le está diciendo de que ella va a perder lo mejor por querer algo que tal vez sea mejor.  Pero ella tampoco sabe si va a poder alcanzar este otro amor.  Sino que ella va a dejar algo bueno, a corrumpir, para cazar algo que parece como sus sueños.  

Además, pensé en como este poema es el opuesto a la Rima XI que estudiamos en clase el Miércoles.  En esa, hablamos de seguir o buscar lo imposible.  Buscar una “fantasma de niebla y luz“ algo que sea “intangible“ pero algo que sea tus sueños.  Es este tema de no “settle“ por nada, pero más que sigamos esperando.  


Creo que los dos ideas pueden ser de beneficio en nuestras vidas.  Pero, creo que muchas veces es importante reconocer que nadie es perfecto y que debemos perdonarlos y seguir amándolos.  Si no, podemos encontrarnos perdiendo algo de mucho valor.  Una relación que nos ha costado tanta energía y  mucho trabajo para llegar a tener.  Cuando reconocemos esto, vamos a darnos cuenta de que sí ya estuvimos felices, y ahora no tanto como si hubiéramos puesto un poco más en esta relación.

Bequer nos ofrece una visión de los dos lados.  ¿Cuál vas a elegir?  Para mí, elijo carpe diem.

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